Los retos modernos del mundo, en adición a la nueva normalidad en esta etapa de pandemia, han generado que las instituciones educativas tengan que superar un gran desafío: desafectar su calidad educativa ante una coyuntura de incertidumbre. Conoce en este artículo cómo encontrar y elaborar una gestión capaz de afrontar los problemas del actual contexto.
Los cambios acelerados que demanda esta nueva etapa, han afectado desde el director de la institución hasta su personal operativo. Además, ha demostrado ser un desafío que se sostendrá durante mucho tiempo y que viene dejando enseñanzas en su paso. Es en ese sentido, todos los involucrados en el sector educativo, hemos adoptado un modo de urgencia ante la virtualización del servicio.
Esto va más allá de lo que se piensa con respecto a la prioridad tecnológica, tiene que ver mucho más con el aspecto y calidad humana del centro educativo. Por lo tanto, establecer una gestión educativa eficaz en esta etapa comprende ambas dimensiones: la humana y la tecnológica, pero ¿cómo establecerlo eficazmente?
El e-Learning causó un gran impacto en la docencia, desarrollando nuevas competencias y habilidades digitales en los profesionales de la educación. Sin embargo, la virtualización de programas y material educativo abarcan varios factores tanto estructurales como de segmentación.
Los desafíos no sólo provienen de la implementación de nuevas tecnologías, también en cómo está formado nuestro equipo. La capacidad del manejo de recursos digitales forma abarca un gran factor para el desempeño del estudiante con el material educativo brindado.
La falta de capacidades tecnológicas que se sostuvo a inicios de la pandemia, originó un cambio organizacional efectivo para establecer un modelo que satisfaga las nuevas necesidades de los estudiantes. Hoy la educación se proyecta a combinar dos modalidades que en un inicio no podían coexistir. Emplear una nueva estrategia es clave pero para ello debemos seguir una serie de procesos en cada área de la institución educativa.
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El horizonte estratégico de toda institución siempre debe estar marcado por la filosofía del centro educativo: su visión, misión y los valores institucionales. Cada colaborador debe adoptar cada uno de ellos y “vivirlos en su día a día”, de esa manera lo que se establezca será más factible de alcanzar.
La visión institucional cobra superioridad en esta instancia debido a que responde a lo que queremos llegar, en esta etapa de incertidumbre. El reto sin duda será aún mayor, por lo que será clave en esta instancia adoptar modos flexibles y ágiles en la gestión.
Y esto último está muy relacionado a los valores de nuestra institución, los cuales deben ser orientados hacia el cambio, pero no de una manera forzada, sino de una manera adecuada y asertiva. Asimismo debe ser propositiva con respecto al perfil de nuestros colaboradores y coherente a los nuevos retos que afrontaremos.
El cambio es innegociable y en esta etapa involucra transformarse digitalmente, pero sobre todo mentalmente, lo que conlleva a un “cambio de chip” por parte de todos los colaboradores del centro educativo. La pieza clave para esta transformación son los líderes de la institución, quienes en base a sus acciones y ejemplo es que deberán decantar las nuevas conductas del cambio a los demás. Más allá de decirse y proclamarse, el cambio debe verse.
Luego de ellos están los mandos medios tecnológicos, que son los asesores educativos que están a la vanguardia del tema y que deben convertirse en los “influencers del cambio”. Con base en su expertise, ellos deben capacitar a todos los demás y hacer mentoría con quienes el proceso de cambio no esté siendo tan amigable.
Por otro lado, como tercera instancia, se deberá considerar los recursos digitales, que deben ser adoptados en base a las capacidades y realidad del colegio. Si solo se busca “la laptop más rápida” o “el intranet más moderno” sin una adecuada adaptación, se puede estar dando más problemas que soluciones al personal docente y administrativo.
La calidad educativa del centro siempre se visualizará primero desde la cultura profesional de nuestro personal docente. Es por ello que en este punto será muy importante que los profesores puedan adoptar en su enseñanza y evaluación habilidades ágiles y digitales, en concordancia a la identidad y filosofía de nuestra institución.
Asimismo, por más que pareciera que esta nueva normalidad nos “tecnologiza”, la visión correcta es que nos humaniza, pues ya no existen más despacho de directores, espacios de co-working o aulas de clase, todos estos espacios se han vuelto atemporales y virtuales. Por ello en el día a día, desde el rol que nos toque, afrontamos las mismas necesidades y dificultades.
He aquí el paradigma de atravesar las jerarquías; todos en esta realidad seguimos siendo profesionales de la educación, pero también padres, esposos, hijos las 24 horas del día, por lo que también nos hemos vuelto más humanos ante los demás.
En todo este nuevo contexto la herramienta a gestionar más importante será la comunicación y para ello debemos tomar en cuenta los diferentes medios y canales que tenemos tanto con públicos internos como con públicos externos e involucrarlos eficazmente en la gestión de nuestro colegio. Debemos tener también muy en claro los mensajes que vamos a emitir en cada medio y a cada público que buscaremos impactar.
Y es aquí donde reinventamos nuestro planeamiento estratégico, pues la visión será mayor, ya que más allá de involucrar las técnicas educativas; la innovación tecnológica y los aspectos formativos, siempre como docentes se han priorizado. Más que nunca ha llegado el momento de gestionar estratégicamente la comunicación e involucrarla en los objetivos globales del colegio.
En este mundo educativo nunca estamos solos, así que relacionarnos con los diferentes stakeholders será vital para una visión estratégica sostenible. Esto conlleva que una de nuestras características deberá ser siempre mantener una relación transparente en base a una comunicación directa con nuestros diferentes aliados empresariales, tanto a nivel comercial como a nivel de convenios.
Trabajando conjuntamente con quienes sabemos sumarán a nuestra propuesta, lograremos consolidar el empoderamiento de nuestros educandos. Así adoptaremos las mejores prácticas educativas para seguir trabajando por una educación de calidad en nuestro país, lo cual; finalmente, siempre será el compromiso intrínseco de todo centro educativo.
Debido a la nueva normalidad en pandemia, la gestión educativa de todo centro educativo debe reinventarse y adaptarse ante un escenario de incertidumbre. Para ello será clave establecer metas claras que sean flexibles al cambio, pero que estén relacionadas a la identidad de nuestro centro educativo y al entorno comercial del actual mercado. De esa manera, comprendiendo tanto aspectos internos como externos, podremos generar una gestión más sostenible y estratégica.
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