En la actualidad, los trastornos de ansiedad representan una categoría especial de diagnósticos en la salud mental. La pandemia ha originado un alto nivel de nerviosismo, miedo y preocupación en gran parte de la población. La ansiedad se debe tratar de manera integral y con modelos que aseguren una mejor calidad de vida en el paciente.
La ansiedad puede presentarse como una emoción normal en un inicio pero cuando el sentimiento de temor se vuelve cada vez más desproporcionado, se convierte en un trastorno médico. Una ansiedad severa puede impactar directamente en la vida cotidiana del paciente afectando su desempeño en el trabajo, sus horas de sueño, en su rendimiento académico o en su toma de decisiones.
Detectar el foco principal del trastorno puede ayudarnos a aplicar un tratamiento ideal para reducir el miedo y la preocupación de la persona, o en un mejor caso encontrar exactamente el tipo de trastorno. Es por ello que entender los síntomas psicológicos y físicos es importante para su control.
Si bien podemos encontrar varios tipos de ansiedad en los pacientes, también podemos identificar comportamientos y síntomas que nos permitan diagnosticarla como:
Pensamientos: cuando las emociones que caracterizan a la ansiedad invaden parte de los pensamientos, pueden convertirse exageradamente negativos llegando a creer un presente erróneo. Es común en este caso no lograr conciliar el sueño o no poder concentrarse en el trabajo, alargando el tiempo para hacerlo.
Síntomas físicos: mientras la ansiedad sea más aguda, los pacientes pueden padecer sensaciones físicas que el mismo organismo hace que sientan (sistema nervioso autónomo) como mareo, náuseas, sudoración, dolor de estómago, inquietud muscular, entre otros.
Cambios de conducta: una persona que padece de ansiedad trata de evitar situaciones en su día a día que puedan llegar a generar sensaciones ligadas al trastorno. Ir acompañado al transporte público, alargar las tareas del trabajo, estudiar en grupo o llevar un objeto de la suerte son algunos ejemplos.
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Conocer los factores que llevan a la persona a padecer de ansiedad depende mucho del cual sea el tipo y origen del trastorno. No obstante, existen ciertos factores de riesgo que podemos encontrar en la consulta:
Algunos trastornos se desarrollan de forma aislada, y el covid 19 causó que la ansiedad incrementara en gran parte de la población. Unicef informó que la ansiedad sólo fue la punta del iceberg a inicios de la pandemia, donde los más afectados fueron los niños (1). La prohibición de clases presenciales y el cierre de lugares públicos afectaron su desarrollo emocional, consiguiendo un retroceso en su educación.
El miedo a contagiarse o perder a un familiar aumentó la ansiedad en muchos jóvenes. Las últimas estimaciones realizadas aseguran que 1 de cada 7 adolescentes sufre de un trastorno mental. En Perú, el Minsa confirmó que el 52.2% de limeños sufre de estrés (moderado y severo) debido a la pandemia, y como hemos visto el exceso de preocupación y malestar laboral desemboca en la ansiedad (2).
Diagnosticar ansiedad requiere de una serie de evaluaciones, dependiendo que tan generalizada se encuentre en el paciente. Existen signos característicos que pueden alertar el trastorno, no obstante se debe recurrir al historial clínico, realizar una exploración física y psicológica (pruebas de psicodiagnóstico) o una entrevista diagnóstica.
Tipos de ansiedad más comunes
Es un tipo de ansiedad que se desarrolla al estar en una situación donde la persona siente que no tiene acceso a una salida y se encuentra indefensa. A menudo es ocasionada al estar en espacios públicos (cerrados o abiertos), donde hay mucha gente.
Ir acompañado por un familiar o amigo es un plan de refugio para la persona. El tratamiento en este caso es tener que afrontar esta situación, aunque con la ayuda de la psicoterapia puede aliviar el proceso.
Es originada por preocupaciones constantes y excesivas que hacen que el paciente se mantenga distraído de sus acciones. Además, se encuentran presentes la dificultad para relajarse y la incapacidad para lidiar con ciertas situaciones ya que lo percibe como amenazantes.
Es caracterizado por sensaciones extremas de pánico que tienen un tiempo de duración mayor al resto de trastornos. Estos ataques se reflejan como dificultades para respirar, latidos rápidos (taquicardia), dolor en el pecho y hormigueo en la manos.
Fobias
Se da lugar a fobias que padecen las personas cuando se exponen a situaciones, animales y objetos en específico. Porcentaje de este público suele tener ansiedad y tener un ataque de pánico, es por ello que suelen evitar estos eventos.
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Teniendo claro el tipo de ansiedad que el paciente padece, el profesional de la salud mental debe aplicar un abordaje ideal para controlar y disminuir el trastorno. Dentro de las terapias modernas y de tercera generación podemos encontrar:
Psicoeducación: es un tratamiento que consiste en educar tanto al paciente como a su entorno, a cómo intervenir y gestionar el trastorno para minimizar sus efectos.
Terapias cognitivo conductual: es la más usada en el ámbito psicoterapéutico debido a que ayuda al paciente a afrontar sus miedos y emociones con el propósito de controlar sus ataques o impulsos.
Terapias contextuales: ayuda a entender y predecir el comportamiento del paciente, estudiando su conducta y respuestas verbales que puede llegar a tener en una situación que le genere ansiedad.
Terapia de aceptación y compromiso: permite eliminar la rigidez psicológica del paciente aplicando procedimientos básicos de aceptación.
Mindfulness: es una técnica de relajación que permite estar enfocado en el momento. El paciente tendrá que aplicar ejercicios que requieren de cierta práctica para observar y controlar su comportamiento.
Psicología Positiva: promueve emociones placenteras a través de experiencias positivas, con el propósito de desarrollar efectos beneficiosos en diversas áreas del funcionamiento psicológico del paciente.
La urgencia de atender la salud mental en el actual contexto se ha vuelto prioridad para gobiernos y organizaciones privadas. Según el reporte brindado por la ONU, en el mundo hay menos de un profesional por cada diez mil personas con ansiedad(3).
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(1) unicef: “Los efectos nocivos de la COVID-19 sobre la salud mental de los niños, niñas y jóvenes”. Tomado de: Unicef para la infancia (unicef.org)
(2) minsa: “El 52.2% de limeños sufre de estrés debido a la pandemia?". Tomado de: Ministerio de Salud (gob.pe/minsa)
(3) Naciones Unidas: “La COVID-19 y la necesida de actuar en relación con la salud mental". Tomado de: Naciones Unidas (un.org)